A casi un kilómetro del pueblo ya fuera del casco urbano, nos encontramos con la Ermita de San Miguel (s. XVII).
Se trata de una Ermita de ladrillo, adobe y piedra en la que lo más destacado es la Espadaña-Campanario que alberga a la querida Virgen de los Remedios, venerada por todos los fuenteros. Sin duda alguna lo más curioso de esta Ermita son sus leyendas populares. Así por ejemplo, los mayores de la villa dicen que si hay nublado debemos pedir a la Virgen para que no estropee la cosecha, por ello no es raro, ver a algún agricultor tocando las campanas de la Ermita para ahuyentar las tormentas estivales.