Fuentes de Nava es un pueblo de armonías y contrastes situado a 26 Km al norte de la ciudad de Palencia, a una altitud de 742 m. y cuya población no llega a los 700 habitantes.
En esta hermosa localidad, que deja a su paso el Ramal de Campos del Canal de Castilla, se encuentra el Espacio Natural de La laguna de La Nava, uno de los más importantes de la Comunidad.
Se trata de un municipio de típico paisaje terracampino, en el que conviven en perfecta armonía sus dos majestuosos templos, con una miscelánea de edificaciones muy bien conservadas que son el fiel reflejo de los distintos estilos constructivos en la comarca a través de los siglos y que han hecho a Fuentes de Nava merecedor del título de Conjunto Histórico Artístico que ostenta desde 1983.
Su topónimo proviene del latín “fontes”, que significa «manantiales», ya que, como decía Pascual Madoz, ‘Fuentes de Nava, se ubica en un collado que se prolonga en figura irregular, de terreno llano, con fuentes’. En 1872, la cercanía al humedal de la Laguna de la Nava hizo que tomara este sobrenombre en multitud de documentos, habiéndose generalizado hasta nuestros días.
Poco conocemos de los primeros pobladores de Fuentes de Nava, pero, evidentemente su asentamiento, en la primera mitad del siglo X, se debió principalmente a la abundancia de fuentes.
Según Santiago de Castro Matía, el primer documento en el que se cita la villa es en el Códice donde se encuentra el Índice de Dueñas, fechado en el año 974. Aunque en este documento se la denomina “FUENTES DE DON BERMUDO”, ¿quién fue o pudo ser este D. Bermudo que dio nombre al pueblo? Lo más probable es que fuera un señor de la nobleza leonesa, que como tantos otros en aquellos años, llevaron a cabo repoblaciones y dejaba su nombre en las mismas. No obstante, dado el espacio geográfico que ocupa Fuentes, este noble fundador pudiera tener dos orígenes bien distintos: la primera teoría se basa en los datos que nos cuentan que a la muerte del Rey leones Ordoño III, ocurrida en el año 956; su hijo, el Infante Bermudo, no pudo ser coronado rey por ser niño todavía. Cuando diez años más tarde muere el Rey Sancho el Craso, su hermana, la monja Doña Elvira, se encargaría de salvaguardar la corona para su sobrino Ramiro, hijo del Rey. Estos acontecimientos impidieron nuevamente que Don Bermudo fuera coronado, y pudo motivar que viera obligado a emigrar hacia estas tierras despobladas, donde encontró unos productivos lugares para asentarse.
La segunda hipótesis que se baraja, nos remite a la documentación de Santo Toribio de Liébana del año 924. Dicha documentación nos habla de ciertos magnates lebaniegos, que serán primero Condes de Saldaña y después, de Carrión. Estos magnates son el matrimonio formado por Alfonso y Justa, cuyos hijos fueron: Munio, Bermudo y Pepi Adefonsi.
Cuando los Condes de Carrión fundan el Monasterio de San Zoilo, se encontrará entre los pueblos que se citan vinculados a sus rentas, a Fuentes de Don Bermudo, dado que su parroquia de San Román pertenece a tal Monasterio y por la que se cobra uno de los tercios en que se dividía el diezmo de sus iglesias.
A la hora de optar por uno u otro, cabe añadir un dato: Fuentes de Nava era según el Libro de las Behetrías de 1350, conservado en Simancas, un lugar de Behetría de señor natural y pagaba sus impuestos, al Rey y a sus señores naturales (La casa de los Lara, los Girorens, los Tellos y la Casa de Vizcaya) quienes eran considerados descendientes de su fundador.
En documentos como el Becerro de los Beneficios, se recoge y se nombran las cinco iglesias que llegó a tener la villa: San Pelayo, San Miguel, San Román, Santa María y San Pedro. También parece que en su día todo su perímetro estuvo amurallado. Aunque la cerca no tuviera mucha calidad, y en la actualidad está prácticamente desaparecida. Solamente, se conserva una de las puertas de esta muralla construida en el S.XV en el rincón del “Corro del Postigo” donde se guarda en un altillo un humilladero-balconada que guarda a la Virgen del Postigo, y a la que se encomendaban las mujeres encinta y los viajeros.
El casco urbano de la villa, formado por amplias calles y plazas, conserva lo mejor de la arquitectura tradicional castellana: grandes casas palacio del s.XVII, sobrias y espectaculares construcciones de ladrillo macizo, adobe, tapial, hermosas casas blasonadas…
Dentro del pueblo destaca la esbelta torre de la iglesia de San Pedro, conocida por sus 65 metros de altura como “Estrella de Campos”. Se trata de una majestuosa torre de estilo tardo-gótico rematada por una impresionante linterna octogonal. Dentro del interior del templo, es digno de admirar su retablo mayor, atribuido a Juan de Valmaseda, que cuenta con obras de Alonso Berruguete y Juan de Villoldo entre otros grandes artistas del renacimiento.
Su otra iglesia, no menos espectacular, es la de Santa María, que es Monumento Nacional desde 1978. Este templo es un edificio del s. XVI, con reformas y ampliaciones de los s. XVII y XVIII. En el exterior, destaca la portada de la epístola que es de estilo Reyes Católicos. Pero lo que sin duda nos sorprenderán son los magníficos tesoros que guarda en su interior, entre los que destacan; la escultura de Asunción de Alejo de Vahía y su majestuoso artesonado mudéjar policromado, único por su calidad y conservación.
En las dos iglesias, se mantienen dos interesantes órganos ibéricos, obras del burgalés Tadeo Ortega de finales del S.XVIII.
En el término de Fuentes de Nava, descubriremos uno de los humedales más destacados de Castilla y León por la gran variedad de aves y especies que en él se encuentran: La Laguna de la Nava, también conocida como Mar de Campos. Este oasis, en medio de Tierra de Campos, por su riqueza medioambiental, paisajística… por todos sus valores naturales que deben ser preservados forman el Espacio Natural La Nava y Campos de Palencia.
